- Son Árvakr y Alsviðr, los caballos que tiran del carro de Sól huyendo del lobo Sköll- Interrumpió la voz de Trondur, el goði de la hermandad. - Todos los días y todas las noches, Sól huye de Sköll y Mani, la luna, huye de Hati. Pero llegará el día en que los atrapen y entonces sabremos que el Ragnarok ha llegado.
- ¿Qué es el Ragnarok? - Sólo sabía un par de cosas sobre los dioses de estos hombres del norte y quería saber más. Me parecía mucho más interesante cualquier historia de lobos persiguiendo soles y lunas que la de un hombre que colgaron de un par de palos y que hablaba en nombre de un dios que no hacía más que poner normas estúpidas y preocuparse por nosotros. Éstos dioses eran mucho más parecidos a nosotros, luchaban, comían y bebían. Tenían hijos y reían y rara vez se preocupaban por nosotros, a no ser que hiciéramos alguna hazaña digna de su mirada.
- El Ragnarok es la lucha final, Euric. Cuando los dioses de Asgaard lucharán contra los gigantes y las hordas de wargos. Cuando todos nosotros nos unamos al Gran Padre para luchar y morir por él una última vez. Estarán Jormurgandr, Fenris, Loki y Hel. Y Thor, Týr, Frey y Hermoðr. Todos lucharán y morirán y después del Fimbulwinter el mundo renacerá de una nueva manera que no somos ni siquiera capaces de imaginar. Nadie sabe cuándo ocurrirá, pero el día que la oscuridad se trage a Sól, ese día Euric, ármate de valor, confía en tu espada y espera tu destino, ya que está escrito desde hace mucho tiempo.
- ¿Y quién controla ese destino, Trondur? ¿Quién lo escribió?
- Los seguidores del cristo blanco sois bastante duros de mollera, ¿verdad?. Las Nornas, Euric, las Nornas. Las tres hermanas que a los pies de Yggdrassil tejen eternamente los destinos de todas las personas. El mio se cruzó con el tuyo, por eso te recogimos en ese pueblacho de mierda en el que vivías y por eso sigues con vida. Algo hay en ti. Las Nornas esperan mucho de ti y pude ver que para agradarlas a ellas y al Padre Supremo debíamos cuidarte. No lo olvides nunca Euric. El destino es inexorable, no puedes hacer nada por evitarlo y si ellas ya decidieron que debías morir, lo harás. Podrías evitar alguna cosa de una u otra manera, pero tarde o temprano el destino llega a ti.
- ¿Y cuál es mi destino? Acabas de decir que pudiste ver que las agradaba.
- ¡Por las pelotas de Thor! ¿Cómo quieres que lo sepa?. Te he dicho que el destino, es inexorable, pero nadie puede saberlo con antelación. Siéntate y espera por él. No puedes hacer nada más.
Me senté y ví cómo Árvakr y Alsviðr avanzaban por el cielo, cegándome cuando el primer rayo despuntó del brillante Este.
